DF Conexión a China | Tensión EEUU-China: ¿cambio en el escenario tecnológico?
SEBASTIÁN DUEÑAS M. Investigador en Derecho, Ciencia y Tecnología UC
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SEBASTIÁN DUEÑAS M.
La restricción impuesta en octubre por el gobierno de Estados Unidos a la exportación hacia China de chips de última generación que usen tecnología o herramientas estadounidenses ha significado un golpe al desarrollo tecnológico del país asiático. Debido a este veto de la cadena de suministro internacional, China inició una disputa ante la Organización Mundial del Comercio, acusando a EEUU de abusar de las medidas de control de exportación y obstaculizar el normal comercio internacional de chips.
Para ambos países el desarrollo de semiconductores de última generación es una prioridad de máximo nivel, razón por la cual actualmente existe una competencia por transferir las capacidades manufactureras de Taiwán (el mayor productor mundial de chips de última generación) a sus respectivos territorios. Por un lado, en EEUU se ha anunciado la creación de fábricas de chips de 3 y 5 nanómetros de la mano de las empresas TSMC e Intel. China, por su parte, está incentivando la inversión para producir chips masivos, que no son tecnología de punta (sub-28nm, sub-65nm y sub-130nm), pero que siguen teniendo una alta demanda. En China, la tecnología la lidera la empresa SMIC, que recientemente ha podido producir chips de 7nm.
“China se encuentra en un momento bisagra, en el que puede comenzar a independizarse del intrincado entramado de la industria de chips a nivel mundial”.
Los chips más avanzados son indispensables para los productos de última tecnología que usa un consumidor promedio, y también lo son para el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial y de tecnología militar avanzada. Por lo tanto, la tensión no es sólo económica, sino también política y militar.
Si bien esta industria es intensiva en capital (donde los montos para crear una fundición de chips son del orden de decenas de miles de millones de US$), se requiere más que sólo eso para superar a la competencia. Esta industria requiere grandes planes de atracción de talento, una rapidez de transferencia del laboratorio al mercado y contar con la demanda suficiente para justificar los cuantiosos planes de producción, siendo una apuesta significativa para los países que lideran la industria.
China se encuentra en un momento bisagra. Si actualmente está atrasada un par de años tecnológicamente, este es el momento en el que puede comenzar a independizarse del intrincado entramado de la industria de chips a nivel mundial, pasando por alto las complejidades geopolíticas de este mercado, y desarrollar un mayor nivel de autosuficiencia en el desarrollo de tecnología de punta.
De esta forma, apostando por el liderato global de una industria con un crecimiento de entre 5% y 6%, China podría ubicarse cada vez más cerca de su independencia tecnológica, reconfigurando el balance de poder político y militar que vemos actualmente.
¿Podrá esta restricción estadounidense ser el catalizador definitivo para que China viva un momento Sputnik?